La venerada imagen del Santísimo Cristo de la Expiración «El Cachorro» presidió un vía crucis de carácter extraordinario para rezar y pedir por la Nueva Evangelización en las calles de su barrio de Triana, siendo acompañado por multitud de personas.
El Viernes Santo se adelantó en el viejo arrabal para participar en este acto y acompañar al crucificado de Ruiz Gijón, que no salía a la calle desde la Semana Santa de 2010, por las adversidades del tiempo. Se revistieron muchos balcones del barrio e incluso se pudo ver un altar efímero montado en el número 126 de la calle Castilla.
Se temía por la celebración de este piadoso culto externo por la mañana con la aparición de la lluvia en la ciudad, aunque a primeras horas de la tarde el sol se abrió paso y las nubes desaparecieron. A medida que avanzaba la noche se notó la bajada de temperaturas entre los presentes.
A las siete y media de la tarde se abrieron las puertas de la basílica, donde en su interior sonaba el órgano del templo con la marcha «Cachorro. Saeta sevillana», de Gámez Laserna. En las puertas del templo se rezó la primera estación de este culto. Se aglomeraron centenares de personas esperando la salida del crucificado, que fue portado por mujeres en el inicio de via crucis.
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